Como puedes decir
que no te gusta el otoño,
cuando las pupilas no son capaces
de recordar tantos rojos,
tantos ocres...
-marian tarazona-
hacia bóvedas
celestes,
verdes, ocres,
sueños irisados.
Y el rey brinda la
sombra
marcando horas en el
ocaso
cual reloj de sol.
cercanas ya las últimas
horas,
que fue de tu vida.
Déjame mirar
cada centímetro de tu
corteza,
ver cada momento.
Déjame saber de ti,
de tu comunión con la
naturaleza,
de cuando fuiste casa
y alimento,
de cuando fuiste sombra
y nido.
Cuéntame.