Nevará en los labios,
y la lluvia,
desgranada,
se agrupará en duros
cristales,
cual lagrimas
rebotando en las ideas.
Las almas se buscarán
entre curveas nubes,
buscando resquicios
de pasados arcoíris.
Pero al final, una
vez vencidos los obstáculos,
llegará el más
hermoso amanecer,
allá donde el agua
salada de los ojos
se convierta en azul
oceánico,
allí donde poder navegar
tranquilos
hacia lejanos
horizontes de paz.
-marian tarazona-
(22-2-2012)