Quedarán inscritos en
las sombras,
en cada reflejo de la
nueva lluvia,
cuando el viento,
revoloteando y caprichoso,
no se lleve nuestros
nombres.
Allí, en el lugar
que se convirtió en espejismo,
permanecerán nuestros
primeros besos,
aquellas furtivas
miradas
y los deseos eternos.
-marian tarazona-
Revoloteando caprichoso....
ResponderEliminarte diré una cosa ; me gusta, pero no se lo digas a nadie, pues lo negaré todo...
Tu niega, niega.... Gracias.
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