Caminaré de puntillas
sobre la espuma del río,
entre las grietas de la hojarasca
que flota, altanera, en la superficie.
Esperaré, quieta,
a que el viento me columpie,
y me aúpe, despacito,
hasta la copa de mi árbol,
mi morada.
El viejo roble que guarda
todos los secretos terrenales.
-marian tarazona-
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